Mitos griegos

Mito de Midas

El mito del rey Midas es una historia famosa de la mitología griega que destaca la advertencia sobre la avaricia y los peligros de los deseos desmesurados. La historia gira en torno al rey Midas, quien gobernaba en Frigia, una región de Asia Menor.

El rey Midas era conocido por su gran riqueza y su amor por la opulencia. Un día, mientras ayudaba al dios Dionisio (o Baco en la mitología romana), Midas fue recompensado con la posibilidad de pedir un deseo. En lugar de solicitar algo sabio o benevolente, Midas pidió que todo lo que tocara se convirtiera en oro.

Dionisio intentó advertir a Midas sobre las posibles consecuencias de su deseo, pero el rey estaba demasiado fascinado por la idea de la riqueza instantánea. Cuando Midas regresó a su reino, se dio cuenta de que su deseo se había cumplido: todo lo que tocaba se convertía en oro, incluyendo alimentos y a sus seres queridos. A pesar de su inicial entusiasmo, Midas pronto se dio cuenta de la tragedia de su deseo, ya que no podía disfrutar de la comida ni abrazar a sus seres queridos sin convertirlos en oro.

Desesperado y hambriento, Midas oró a Dionisio pidiendo ayuda. El dios accedió a revertir el deseo, pero solo si Midas prometía aprender la lección sobre la avaricia y la importancia de las verdaderas riquezas. Midas aceptó la condición, y Dionisio le indicó sumergirse en el río Pactolo para purificarse. Al hacerlo, el don del toque dorado desapareció, pero el río Pactolo quedó asociado con la riqueza, ya que las pepitas de oro se encontraban en sus aguas.

El mito de Midas sirve como una advertencia sobre la importancia de la moderación y la sabiduría en la búsqueda de la riqueza y la felicidad, sugiriendo que a veces los deseos impulsivos pueden tener consecuencias no deseadas.

Mito de Ceres

El mito de Ceres y Hades está relacionado con la historia de Deméter (Ceres en la mitología romana), la diosa de la agricultura y la cosecha, y Hades, el dios del inframundo. La historia gira en torno al rapto de la hija de Deméter, Perséfone (Proserpina en la mitología romana), por parte de Hades.

La historia comienza cuando Hades, el hermano de Zeus y dios del inframundo, se enamora de Perséfone, la hija de Deméter. Un día, mientras Perséfone recogía flores en un campo, Hades emergió de las profundidades de la Tierra en su carro tirado por caballos negros y la secuestró, llevándosela consigo al inframundo.

Deméter, al darse cuenta de la desaparición de su hija, quedó devastada. En su aflicción, dejó de cuidar la Tierra, y las plantas empezaron a morir. La tierra se volvió estéril, y los mortales sufrían por la falta de alimentos. Ante el caos que estaba ocurriendo en la Tierra, Zeus intervino y le pidió a Hades que liberara a Perséfone.

Hades finalmente accedió, pero antes de dejarla ir, le ofreció una granada (o granos de granada) para comer. Perséfone, sin saber las consecuencias, aceptó la oferta y comió algunos de los granos. Este acto ató su destino al inframundo de alguna manera.

Perséfone fue devuelta a su madre, pero debido a que había comido alimentos del inframundo, estaba destinada a pasar parte del año en el Hades. De esta manera, se explicaba el cambio de estaciones en la mitología griega: cuando Perséfone está con su madre, la tierra florece (primavera y verano), pero cuando regresa al inframundo, la tierra se vuelve estéril (otoño e invierno).



Mito de Prometeo

El mito de Prometeo es una historia fundamental en la mitología griega y destaca el tema de la creación de la humanidad y el castigo por desafiar a los dioses. Prometeo, cuyo nombre significa "previsión" o "inteligencia", era un Titán, una raza de seres divinos anteriores a los dioses olímpicos, y era conocido por su astucia y amor por los mortales.

La historia comienza con la creación de los primeros humanos, hechos por los dioses, especialmente por Hefesto y Atenea. Los dioses proporcionaron a los humanos muchas habilidades y regalos, pero se guardaron el conocimiento del fuego, un elemento vital para el progreso y la civilización.

Prometeo, compadecido de la humanidad recién creada que vivía en la oscuridad y el frío, decidió robar el fuego de los dioses y entregárselo a los humanos. Escaló el Monte Olimpo y tomó una chispa divina de la hoguera de Zeus, ocultándola en un tallo de caña. Luego, presentó el fuego a los humanos, enseñándoles a usarlo para cocinar alimentos, calentarse y crear herramientas.

El acto de Prometeo enfureció a Zeus, el rey de los dioses, quien veía a los humanos como inferiores y quería mantener el conocimiento del fuego como un privilegio divino. Como castigo, Zeus ordenó que Prometeo fuera encadenado a una roca en el Cáucaso, donde un águila lo visitaría todos los días para devorar su hígado, que se regeneraba cada noche debido a su naturaleza inmortal.

Prometeo sufrió este tormento durante mucho tiempo, hasta que finalmente fue liberado por el héroe Heracles (Hércules en la mitología romana) como parte de sus doce trabajos. La liberación de Prometeo simboliza la reconciliación entre los dioses y la humanidad.

El mito de Prometeo destaca la dualidad de su figura: por un lado, es castigado por desafiar la autoridad de Zeus, pero por otro, es honrado por su amor y compasión hacia los seres humanos, al proporcionarles el conocimiento que los elevó a un nivel superior. Este mito ha sido interpretado de diversas maneras a lo largo de la historia y ha influido en la literatura y la filosofía occidentales.



Sitios de interés 
La democracia por Sebastián Pallarozo

Aportaciones
- Datos curiosos (Sebastian Pallarzo)
  1. -Origen del Nombre:

    • "Prometeo" se deriva del griego antiguo y significa "previsor" o "el que ve antes". Este nombre refleja la capacidad de Prometeo para anticipar eventos futuros.
  2. -Creación de los Humanos:

    • En algunas versiones del mito, Prometeo no solo roba el fuego para los humanos, sino que también participa en su creación. Modela a los primeros humanos con arcilla y luego les da vida.
  3. -El Robo del Fuego:

    • Prometeo roba el fuego del Olimpo y lo entrega a los humanos como un regalo para ayudarles en su desarrollo. Este acto desafía directamente la autoridad de Zeus, el rey de los dioses.

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